Vender flores y productos agrícolas sin intermediarios y sin complicaciones tecnológicas

El caso de Colvin es uno de tantos que la transformación digital está alumbrando: un web de venta online de flores que trata directamente con los agricultores, y unos agricultores que simplemente entran en una sencilla interfaz (creada por la página de venta) a ver si han recibido un pedido, para prepararlo. Cuando lo tiene listo lo indica y el sistema avisa al distribuidor de que puede ir a buscarlo. Sencillo, rápido y sin pasar por los dos o tres intermediarios que hasta ahora operaban en el sector de la flor cortada. Lo cual mejora el margen de beneficio del agricultor y de la web a través de la cual se vende su género.

Actualmente, el 65% de las compras y ventas de flores a pasar por subasta en Holanda: puede darse el caso de que un productor español envíe sus flores para venderlas y que allí las flores las compre un profesional español para venderlas aquí, con lo que las flores viajan de vuelta a España. Con todo el encarecimiento y la pérdida de calidad que eso implica.

Colvin, basada en Barcelona, tiene un modelo de negocio que consiste en desintermediar operaciones y digitalizar procesos. Esto se ha conseguido con un trabajo de prospección y captación de agricultores que les ha permitido tejer toda una comunidad de productores que les sirven las flores directamente. El siguiente paso será dotar de tecnología a un sector que trabaja artesanalmente para poder vincular la oferta de flor con la demanda de flor. En otras palabras, conseguir que los agricultores vendan directamente sus flores mediante una web o una app a otros compradores más allá de Colvin.